Entender porque no bajo de peso o porque no logro mantenerlo, va más allá de pensar en la fuerza de voluntad o en la nueva dieta que voy a buscar, esta dolorosa forma de vida, tiene que ver con el vínculo que yo he hecho con la comida y mis emociones, con creer que el problema es el peso o la talla de mi cuerpo y vivo esperando estar delgada para que todos mis problemas se solucionen.
Se trata de reconocer que el origen es emocional y que he querido taparlo con comida, esta inseparable amiga me ha ayudado a “escapar o anestesiarme” de los sentimientos que considero desagradables, dolorosos o prohibidos. La comida me saca de la situación, actuando como un gran distractor de lo que realmente esta sucediendo en mi vida, aparentemente me da unos minutos de placer, mientras me la como, pero esto es irreal ya que aunado a todo lo que me digo mientras como, más tarde volverá la ansiedad, ahora cargada de culpa por la forma en que comí.
Los atracones “no tengo hambre pero seguiré comiendo” son en realidad llamadas de atención, es la forma que de algún modo encuentra mi cuerpo y mi alma para decirme que algo está pasando conmigo; Cuando dejo de comer “tengo hambre, pero no voy a comer” es otra forma de no escuchar lo que mi cuerpo necesita, es querer poner orden cuando mi entorno parece desordenado o un caos. Es en estos momentos cuando mas necesito escucharme y sentirme, atender mis necesidades reales, darle al cuerpo la satisfacción del hambre estomacal y alimentar el alma dándole lo que me pide el hambre emocional.
La comida se volvió mi mejor amiga, no sólo por que me calma lo que no quiero sentir, si no también porque fue el recurso que encontré para sobrevivir: sabe rico y esta a mi alcance todo el tiempo. Cuando he usado la comida para encontrar bienestar o protección pareciera que si me la quito de enfrente, nada será tan bueno o maravilloso, pero en realidad cuando logro no comer si no tengo hambre física, entonces puedo encontrar que hay un sinfín de cosas más por hacer, es sorprenderme a mi misma tratándome como si yo fuera un invitado especial a mi vida, darme lo que le daría a esa persona que me esta pidiendo ayuda, amor, es usar mi creatividad para darme cuenta que otras actividades puedo hacer y poner atención a lo que en realidad me gustaría disfrutar. Es quitar la pausa en la que he vivido tratando de estar delgada, todo aquello que imagino que esta por venir, ahora puedo hacerlo.
Te invito a que descubras que te estas comiendo, preguntándote:
¿Qué es lo que en realidad necesito? ¿Mi cuerpo quiere comida o mi alma me pide atender una emoción? ¿De qué tienes hambre en realidad?
¿Tu hambre es estomacal o emocional?
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Psict. Marisol Santillán