Entendí muy bien el taller, desde el primer ejercicio, tomé todas las herramientas, lo que no había encontrado antes. Me gustaría mas tiempo y mayor espacio. Por primera vez escuche mi cuerpo, supe qué en realidad mi cuerpo necesita: poca cantidad de comida.
Ahora sé que no soy una enferma irremediable y eso me emociona muchísimo, además de que soy mi propia medicina, eso me ilumina y me compromete a atizar la llamita, estoy feliz!